En este caso acude a consulta un gato para vacunación. El animal viene con un vendaje realizado anteriormente en otro centro.
El paciente está decaído apenas come, tiene mucha fiebre y dolor en la pata vendada, que además llama la atenciaón por el fuerte olor que desprende.
Se retira el vendaje y encontramos la pata con un absceso amoratado, con una gran infección y parte del tejido de la pata, incluidos piel, músculos y tendones y gran parte del tejido desvitalizado. La pata está sin riego sanguíneo en su extremo, afectando a la zona de la muñeca y de las uñas que presentan ennegrecimiento. Incluso esto mismo afecta a algunos dedos.
En un primer momento, eliminar todos los tejidos afectados parecía ser la única opción, pero en un último intento de salvar la extremidad, primeramente se le realiza una cura y posteriormente se le interviene bajo sedación para limpiar todos los tejidos desvitalizados y se le aplican técnicas de salvataje de la extremidad para devolverle el riego al miembro afectado.
Conseguimos devolver el riego a los dedos y a la muñeca. A los tres días se le realiza una segunda cuera enprofundidad y se le elimina el tejido muerto. En este caso estas medidas junto con las curas locales diarias han sido necesarias para proseguir con el intento de salvar la extremidad al animal.
El paciente responde muy bien a las intervenciones, devolviéndose el riego a la extremidad afectada a base de curas y vendajes diarios realizados por voluntarios de la asociación con gran esfuerzo y tras varias técnicas más para salvar incluso los dedos. El animal va mejorando y finalmente sólo pierde una uña. En este caso el uso de vendajes antibióticos con miel y los antibióticos y antiinflamatorios vía oral, han logrado salvar la extremidad del gato, que de otra forma habría sido amputada.
Un tratamiento pausado y correcto de la patología ha permitido que el animal no pierda la extremidad, por lo que el animal camina perfectamente a día de hoy.
El tratamiento ha tenido una duración de 2 meses y medio, y aunque largo, ha merecido la pena, lo cual pueden ver en las imágenes que les mostramos a continuación.

Aspecto inicial de la pata de un gato de una protectora que llega a la clínica.No hay riego en la pata.La pata presenta necrosis, infección, gangrena y el animal no apoya.

Tras tratamiento reconstructivo y dos cirugías en nuestro centro, el gato ya apoya la extremidad y la herida mucho más limpia

Se ha evitado la amputación y el gato ha recuperado toda la funcionalidad.Tras un mes de tratamiento.La pata se ha salvado.
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