A la hora de enfrentar a mi perro o gato a una cirugía veterinaria, es importante conocer algunos requisitos previos imprescindibles para reducir el riesgo anestésico. Por eso os traemos 10 consejos a tener en cuenta antes de anestesiarlo:
1.- Los procedimientos quirúrgicos se llevan a cabo con la mayor limpieza o asepsia posible. Por ello es de valorar que los animales que se ingresan para operar hayan recibido un aseo básico previo (baño, corte de pelo, limpieza de oídos y ojos, cepillado del pelo, corte de uñas) para evitar tanto ensuciar un área estéril como es el quirófano como para evitar que los restos biológicos puedan contaminar la incisión quirúrgica y ocasionar una infección.
2.- El carácter del animal influye en las dosis que pueden ser necesarias utilizar de cara a la anestesia. De forma que los animales más tranquilos y dóciles necesitarán dosis más bajas de sedantes, mientras que los animales más nerviosos y agresivos requerirán dosis más elevadas respecto a los primeros o la combinación de varios sedantes a menores dosis para conseguir que queden tranquilos y manejables.
3.- Tiempo de ayuno de comida y agua. Muchos de los fármacos tranquilizantes, analgésicos y anestésicos que se utilizan en una anestesia general producen sensación de náuseas en los animales y posibilidad de tener vómito.
Esto no tendría mayores consecuencias, de no ser porque al estar dormidos los animales, este vómito puede ir a parar accidentalmente al aparato respiratorio, lo que puede resultar una gran catástrofe. Por ello es vital respetar los tiempos de ayuno, que harán que en caso de tener una regurgitación o vómito, en el estómago haya el menor contenido posible, reduciendo el riesgo de tener neumonía por aspiración intraoperatorio y postoperatorio. El tiempo de ayuno medio recomendado es de 2 h de agua y 6 de comida, pero dependerá de la situación particular de cada paciente.
4.- Paseo previo para realizar deposiciones. Muchos de los fármacos anestésicos que se utilizan producen relajación de los esfínteres y es por ello que tras la sedación o durante la anestesia intraoperatoria los animales orinan o defecan sin querer, mojándose y ensuciándose tanto ellos mismos como la mesa de quirófano o el suelo, con lo que se favorece la posibilidad de infecciones posteriores. De esta forma, un paseo corto para evacuar sus necesidades antes del ingreso en el centro veterinario puede reducir el riesgo de contaminación e infección quirúrgica.
5.- Es importante tener tanto la desparasitación como las vacunas al día. La anestesia general es un procedimiento que afecta a todo el organismo y disminuye su funcionalidad durante las siguientes 24 h hasta que todos los fármacos son metabolizados y eliminados del organismo.
Esto implica también al sistema inmunológico, de forma que el día siguiente a la cirugía el animal está más débil y es más susceptible a que los virus, bacterias y parásitos entren en su cuerpo y ocasionen enfermedad, y más aún si no está correctamente desparasitado ni vacunado. Así que recuerda revisar la cartilla vacunal con tu veterinario antes de someter a tu mascota a un procedimiento anestésico y quirúrgico.
6.- Comunicar las enfermedades de mi animal. Por este mismo motivo es importante conocer si un animal tiene alguna enfermedad o no de cara a la anestesia. Los fármacos anestésicos alteran el funcionamiento normal del sistema cardiovascular, sistema respiratorio, sistema digestivo, nervioso, endocrino… de forma que en un animal con enfermedades crónicas estos efectos anestésicos sumados al deficiente funcionamiento del organismo puede incrementar el riesgo anestésico. Para tratar de reducirlo, el anestesista ajustará los medicamentos a utilizar en función del problema de salud del paciente. Además si el seguimiento de dicho problema no se realiza en el mismo centro, se aconseja entregar un informe veterinario donde especifique que el animal está controlado y recibe tratamiento.
Siempre realizamos una exploración física general previa a realizar el análisis preoperatorio y a la sedación para detectar posibles síntomas de enfermedades que el propietario desconocía que el animal tenía.
Pero si su animal tiene alguna enfermedad crónica, debes comentarlo al veterinario del centro donde lo vayan a operar, porque el anestesista ajustará el protocolo anestésico acorde al paciente y sus enfermedades.
En el caso de la piel, los fármacos anestésicos pueden tener mejor repercusión, pero el hecho de disminuir las defensas, puede alargar la curación o cicatrización de heridas, por ello es recomendable esperar a la resolución de todos los procesos de enfermedad posibles o a la estabilización de aquellos que sean crónicos o a su vez motivo de la cirugía.
7.- Anestesias previas y reacciones alérgicas/adversas. No todos los animales responden del mismo modo a los fármacos anestésicos, de hecho, es posible que algunos animales sean alérgicos a algunos de ellos sin que lo sepamos.
El hecho de que hayan sido anestesiados en alguna ocasión anterior y que todo haya ido con normalidad, es un dato a tener en cuenta por el veterinario anestesista y que se recomienda comunicar a la clínica donde operemos a nuestra mascota. Así mismo, también deberemos informar de si ha tenido alguna reacción alérgica a algún medicamento o algún efecto adverso a cualquier anestésico para que evitemos su utilización en siguientes anestesias.
8.- Tiempo de anestesia variable. Aunque nuestro animal se someta a una cirugía sencilla y de corta duración,
9.- Anestesiar mediante anestesia general se constituye de varios momentos diferentes y cada uno de ellos tiene un objetivo:
– Sedación: se utilizan sedantes, analgésicos y relajantes musculares para que el animal quede adormilado y manejable con suavidad.
– Inducción anestésica: se utilizan agentes inductores que anulan los reflejos de deglución y palpebral, permitiendo que introduzcamos un tubo traqueal a través del cual se administra la anestesia inhalatoria.
– Mantenimiento anestésico: se utilizan generalmente anestésicos inhalatorios que permiten que el animal alcance una situación de pérdida de consciencia que permite llevar a cabo la cirugía sin dolor para el animal.
– Recuperación anestésica: es el último paso y aquí el animal tiene que eliminar progresivamente los anestésicos de su organismo mediante la formación de bilis y orina, para que poco a poco ir recuperando la consciencia y todas las funciones motrices. Esta es la fase más larga y puede durar varias horas si quiere hacerse de forma suave. Al terminar el animal debe ser capaz de caminar por sí solo y de forma normal.
10.- Siempre se realizará un análisis preoperatorio previo para conocer el estado del animal citado para quirófano. Éste incluirá una radiografía de tórax, un electrocardiograma y una analítica de sangre que será básica o más completa en función de la edad del paciente, de si tiene o no alguna enfermedad conocida aunque estabilizada, etc. Este análisis se realiza siempre con antelación a la anestesia general, aunque puede ser el mismo día que la intervención.
En caso de tener dudas o necesitar más aclaraciones antes de anestesiar a su mascota, sobre todo si es mayor o tiene alguna enfermedad crónica, no dude en pedir cita previa con el anestesista veterinario del centro para poder comentárselas u obtener más información detallada.
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