En nuestra serie de artículos especializados, vamos a tratar varias patologías no muy comunes, como son la impactación, saculitis y absecos en los sacos anales de los perros. Estas patologías pueden presentarse por separado o en conjunto, por lo que vamos a explicar qué signos tienen, cómo se tratan y de qué manera tratarlos.
Los sacos anales en los perros son estructuras saculares de pared glandular, cuya función no está muy clara, aunque hay dos opciones bastante aceptadas:
- Facilitar el paso de las heces por el recto con su vaciado.
- Servir como seña de identidad de cada perro, gato, hurón, entre otros animales, o sea, un marcaje para el reconocimiento social.
Son susceptibles de inflamación e infección produciendo un cuadro clínico de dolor y molestias que producen una conducta bastante característica en los ejemplares afectados.
Signos clínicos de la implantación, saculitis y abscesos
Los principales síntomas que se perciben en los perros son el prurito y dolor anal de moderado a intenso, malestar general, se sientan, se quejan, se deslizan con el ano contra el suelo. El diagnóstico clínico es sencillo de realizar con una exploración rutinaria de la zona anal. Para la palpación y manipulación de la zona, a veces puede ser necesario sedar al animal. En ocasiones, el dolor puede llegar a ser tan intenso que el animal puede rehusar defecar.
Si bien se definen tres situaciones clínicas distintas: impactación, abcedación y saculitis, debemos asumir que pueden coexistir las tres, una de ellas puede ser el origen común o bien que aparezcan como una sucesión de eventos clínicos que afectan a los sacos anales del perro.
¿Qué es la saculitis? Entendemos saculitis como la inflamación propiamente dicha del saco anal, independientemente de cual sea su causa.
¿Qué es la impactación? La impactación de los sacos anales se caracteriza por la acumulación de líquido pastoso, o una pasta que sale muy difícilmente por la presión digital del saco anal inflamado. Muchas veces se puede llegar a obstruir el conducto de salida del saco. Son numerosas las causas de impactación de los sacos anales (cambios en el carácter de la secreción glandular, heces blandas, seborrea) y los casos crónicos pueden ser responsables de derivar en abscesos.
¿Qué es el abceso? El absceso del saco anal en el perro, se caracteriza por la salida de material purulento (mezclado con sangre) cuando se presiona el saco anal inflamado. Son de curso agudo y generalmente unilaterales. La citología del contenido es sugestiva de inflamación e infección: abundantes neutrófilos, bacterias y levaduras. Puede haber un síndrome febril, decaimiento, rehusar la comida, e incluso vómitos.
Tratamiento de la implantación, saculitis y abcesos
El tratamiento de los abcesos de sacos anales, la impactación y las saculitis consisten en:
- En casos leves, vaciar manualmente el contenido si éste aún no se evacuado por fistulización, lavar y desinfectar los sacos.
- Establecer medidas correctoras dietéticas (dieta rica en fibra). La fibra aumenta el volumen de las heces, provocando más presión sobre las glándulas, favoreciendo así su vaciado cuando el animal defeca.
- En casos leves de infección, está indicado antibioterapia oral, antiinflamatorios para reducir el malestar de la mascota y lavados y curas de la zona.
- En los casos graves de infección, producir una fistulización quirúrgica (dejar el saco que drene libremente y cicatrice por segunda intención), realizando cultivo bacteriano del contenido y antibiograma.
- En casos muy graves y recidivantes, se suele decidir por la saculectomía. Al no ser una técnica exenta de posibles complicaciones serias como la incontinencia fecal permanente, se deja la misma como última opción, si falla el tratamiento médico.
¿Qué cuidados pueden hacer los propietarios en casa?
- Control de la dieta.
- Mantener una buena higiene de la zona perineal.
- El propietario también puede aprender a vaciar manualmente los sacos anales de su perro en casos crónicos, cuando se trate de una impactación que aún no provoque mucho dolor a su animal. También puede optar por ir a su veterinario con relativa frecuencia (p. ej. 1 vez al mes) en el caso de que no se vea capaz. El vaciado de las glándulas anales, por parte de los propietarios, debe realizarse únicamente, cuando aparezcan los síntomas anteriormente descritos, debido a que un vaciado con excesiva frecuencia, podría ser contraproducente.
Este es un problema que debe diagnosticarse por un veterinario especialista, acude a un centro veterinario especializado si sospechas que tu perro puede sufrir uno de estos problemas.
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