El día 31 de enero era un día especial para Shiva, era el día de su esterilización. Apareció por la puerta como si nada, tan feliz como siempre.
Los dueños, nerviosos por su perrita, rellenaron los consentimientos necesarios para llevar a cabo el procedimiento y nos quedamos a Shiva.
Antes de realizar la cirugía hicimos el chequeo preoperatorio, el cual incluía una radiografía de tórax. ¡Y ahí estaba nuestra sorpresa! En el estómago encontramos una imagen radiopaca, redondeada, de unos 2 cm de diámetro, compatible con una piedra.
Cuando se lo contamos a los dueños no se lo creían, aunque al final reconocieron que la traviesa de Shiva de vez en cuando podía comer cosas de la calle.
He aquí la importancia de realizar un chequeo preoperatorio a tu mascota.
Si no lo hubiéramos realizado, no hubiéramos visto el cuerpo extraño, ya que Shiva no presentaba síntomas aparentes según los propietarios. A Shiva se le podría haber obstruido el duodeno, la primera porción del intestino delgado, y como consecuencia, generar necrosis en el tejido intestinal.
Si hubiera ocurrido esto, tendríamos que haber realizado una enterectomía, consistente en la retirada de una porción de intestino. Esta intervención requiere de una recuperación mucho más larga y la posibilidad de aparición de un mayor número de complicaciones y por consiguiente riesgo para la vida del animal.
Afortunadamente, conseguimos sacar la piedra con éxito durante la intervención y Shiva ya está en casa con sus dueños totalmente recuperada. ¡Esperamos que no se vuelva a comer nada que no deba!
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