Los tumores mamarios son una patología que suele ser más frecuente en perras y gatas (en los machos son raros de ver).
Existen algunas diferentes según la especie. En las perras, el 50 % de los tumores de mama son benignos y el 50 % malignos, y de esos malignos pocos mortales. Pero, por otro lado, más del 85 % de los tumores mamarios en gatas son malignos y la mayor parte de estos son agresivos.
CAUSAS
¿Quién es el responsable de que aparezcan nódulos en las mamas? Las hormonas. Toda hembra no esterilizada ya sea canino o felino, con cada celo que presenta, sus probabilidades de desarrollar tumores de mama aumentan.
Aparte las pacientes que hayan recibido algún tratamiento hormonal, ya sea interrumpir una gestación (abortivos) o tratamientos anticonceptivos (suprimir el celo) sus probabilidades de presentar tumores de mama también son mayor.
Otros factores que pueden favorecer la aparición de tumores mamarios incluyen una mala alimentación con una dieta mal balanceada, pacientes con sobrepeso.
Las pacientes que suelen acudir con este problema suelen ser hembras no esterilizadas o que fueron esterilizadas después de haber pasado varios celos. Los estudios han detectado que cuanto más tiempo pase, mayor es el riesgo de padecer esta patología. El riesgo de que una perra presente un tumor mamario si se esteriliza antes del primer celo es mínimo cerca del 0%, después del primer celo de un 8% y del 26 % después del segundo celo. A cierta edad (2 años en gatas) o después de determinados celos (el tercero en perras), la esterilización ya no podrá prevenir el desarrollo de tumores mamarios. Las gatas fértiles tienen 7 veces más riesgo de desarrollar tumores mamarios que aquellas que han sido esterilizadas.
Por ello los tumores mamarios se pueden prevenir con la esterilización antes de que se presente el primer celo de nuestra mascota.
SINTOMATOLOGÍA
Lo que soléis notar los propietarios es un bultito en la piel del abdomen que nunca antes habías visto que lo tuviera. Otra sintomatología posible es la presencia de secreción mamaria, o que se encuentren inflamadas y calientes.
Menos frecuente son los signos de pérdida de peso, apatía, y debilidad generalizada.
Se recomienda revisar periódicamente las mamas en casa en busca de algún nódulo, palpando desde el pezón a los alrededores. Es más frecuente encontrarlo en las últimas mamas.
Cualquier nódulo que crezca rápidamente, no estén bien delimitado, si se ulceran (sin razón aparente presentan heridas), estén calientes será importante acudir al centro veterinario habitual para revisarlo.
PLAN DIAGNÓSTICO
Tras conocer la historia clínica del paciente, se procederá a realizar una exploración física general y valorar el tamaño, textura y localización de los bultos y evaluar de paso el tamaño de los linfonodos cercanos al nódulo.
La edad de los pacientes que acuden con esta patología a consulta suele ser avanzada por lo que siempre será necesario realizar una serie de pruebas complementarias para determinar el estado de salud del paciente. Será importante realizar una analítica general (hemograma y bioquímica) y dos radiografías de tórax para buscar posibles metástasis en el pulmón que pueden aparecer en los casos donde el bulto sea maligno.
En ocasiones donde la localización del nódulo es confusa, se recomendará realizar una citología. Consiste en pincha con una aguja y aspirar células que nos determinará a que nos enfrentamos, y en los casos donde el ganglio cercano se encuentre aumentado también será bueno puncionarlo para asegurar que se encuentra limpio o si en el caso de ser un tumor maligno, si las células cancerígenas se han extendido.
TRATAMIENTO
La mastectomía radical es el tratamiento de elección: Consiste en retirar todo el tejido mamario de la cadena afectada donde se localice el bultito.
Cuando existe la situación en la que se presenta varios bultos en ambas cadenas mamarias, se deberá primero operar un lado y cuando ya esté perfectamente cicatrizado y pasado un tiempo prudencial, se procederá a operar la otra cadena mamaria.
Tras la cirugía no es necesaria una hospitalización a no ser que se hayan producido complicaciones durante la cirugía, aunque no suelen ser frecuentes.
Será muy importante siempre mandar la biopsia de todo bulto retirado para diagnosticar a que nos estamos enfrentando y así saber si fuera necesario añadir algún tratamiento adicional.
Las complicaciones que pueden aparecer se dividirán en:
- Durante la cirugía: Hemorragia, Hipotensión, Parada cardiorrespiratoria
- Postoperatorias: Infección de la herida quirúrgica, Rotura de la sutura, Reaparición del tumor
POSTOPERATORIO Y PRONÓSTICO
El postoperatorio suele ser de 2-3 semanas dependiendo del paciente, el reposo que realice y los cuidados que se tengan de la herida quirúrgica hasta la retirada de los puntos. Será importante que lleve puesto el collar isabelino hasta que acabe el postoperatorio para prevenir que se toque la herida quirúrgica. Debe guardar reposo, paseos cortos con correa, nada de correr, ni saltar para prevenir que la cicatrización de la herida sea la mejor posible.
El pronóstico por regla general suele ser bueno después de su completa eliminación en las perras, pero en el caso de las gatas el pronóstico es reservado debido a que suelen ser más agresivos, es decir suelen ser localmente más invasivos y metastatizar o extenderse a otras partes del cuerpo. De todas maneras el pronóstico depende de múltiples factores como por ejemplo: el tamaño del tumor, si ganglios linfáticos están afectados, ulceración o metástasis a distancia… El tamaño de los tumores mamarios malignos es un factor importante a tener en cuenta para estimar el pronóstico. Cuanto más pequeño sea el tumor en el momento de la cirugía menos probabilidades habrá de que reaparezca, o se extienda por el resto del organismo, por lo que una vez que se identifique el nódulo, lo mejor es realizar la cirugía.
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