En este caso el paciente, un perro, acude a consulta tras haber ingerido unos huesos de pollo de la basura.
La radiografía muestra el estómago repleto de huesos.
Se somete al paciente a cirugía de extracción por cirugía abierta.
Tras un mes de dieta y postoperatorio, el perro ha vuelto a su vida normal, pero esta vez los dueños mantienen la basura fuera del alcance de la mascota para evitar episodios similares.

Perro con el estómago lleno de huesos de pollo.

Imagen de otro paciente por el mismo caso.
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