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Sarna en perros y gatos

Abr 24, 2018 | 0 Comentarios

En este artículo vamos a hablar detenidamente sobre la sarna en perros y gatos, una enfermedad de la piel que afecta a los animales domésticos y que es más común de lo que se cree.

Seguro que si nos ponemos a pensar en sarna, a muchos de vosotros se os viene a la cabeza inmediatamente la imagen de un perro callejero, mayor, muy delgado, sucio, lleno de parásitos y que se rasca constantemente. Pues bien, esta imagen no está del todo desencaminada de la realidad, pero la sarna engloba mucho más y ahora veremos por qué.

Las sarnas están producidas por ácaros, que son unos parásitos externos muy pequeños, casi microscópicos, muy difíciles de ver a simple vista. Además hay diferentes tipos de ácaros lo cual determina que existan diferentes tipos de sarnas que explicaremos a continuación.

Pero no sólo los perros pueden verse afectados por la sarna, sino que también los gatos, hurones, conejos, hámster, aves o incluso nosotros mismos. Lo que sí tienen en común todas ellas y que es muy característico de la sarna es el picor que producen, que puede ser más o menos intenso según el tipo de sarna, lo que hace que el propietario perciba que su animal se está rascando todo el día, y que incluso come o juega menos para poder rascarse.

Además la sarna es por lo general altamente contagiosa, aunque es variable según cada tipo, de forma que los animales callejeros o que vivan en colonias tienen más posibilidad de contagio entre sí que los que viven en casa y sin contacto con otros animales. Y aunque es más fácil que afecte a animales hacinados, desnutridos, sin cuidados sanitarios, que vivan en la calle o que tengas otras enfermedades sistémicas subyacentes, no siempre tiene por qué, sino que pueden desarrollarse en animales bien alimentados y con buen estado general. La edad tampoco es un factor determinante para tener sarna, es decir, que puede desarrollarse en animales de cualquier edad, incluso en cachorros.

Por lo que el objetivo de este artículo es ampliaros los conocimientos sobre esta enfermedad, para que cuando veáis a vuestra mascota rascarse con insistencia, penséis en si tiene posibilidad de tener sarna para que acudáis a vuestro veterinario habitual. Aunque por supuesto, el picor y consecuente rascado puede aparecer en muchas otras enfermedades y problemas de piel que no tienen que ver con la sarna, como las alergias o las infecciones bacterianas.

Dentro de este artículo vamos a ver varios tipos de ácaros, algunos muy comunes y otros menos frecuentes y describiremos por encima información general del parásito, los signos clínicos que producen y que vosotros en casa podéis detectar en vuestras mascotas más o menos fácilmente y cómo podemos diagnosticarlos en la clínica veterinaria.

ÁCAROS DE LA SARNA OTODÉCICA

Otodectes cynotis es comúnmente conocido como el ácaro de los oídos y es el que produce la sarna más frecuente en perros, gatos y hurones. Vive en la superficie de la piel próxima a las orejas, pueden localizarse en el conducto auditivo externo, en la parte más profunda por lo general y se alimenta de las células de las distintas capas de la piel y de las secreciones que aparecen por la inflamación que generan.

Son de pequeño tamaño, miden 0,5 mm aproximadamente, pero a veces se consiguen visualizar a través del otoscopio como pequeños puntos blanquecinos que se mueven, aunque otras veces se esconden bajo el cerumen que producen y no se llegan a detectar.

Su desarrollo tiene lugar todo el tiempo en el animal y cada 3 semanas puede iniciarse una nueva generación de ácaros de los oídos lo cual es importante conocer de cara al tratamiento antiacaricida.

Los ácaros de los oídos pueden infestar a gatos y perros de cualquier edad, pero son más frecuentes en cachorros y gatitos. Habitualmente son más en gatos que en perros, con independencia del sexo. Puede afectar a uno o a ambos oídos y es habitual que induzca otitis por sí sólo o que estas otitis se compliquen con los días con crecimiento de bacterias u hongos, lo que hará más complicado su tratamiento.

TRANSMISIÓN DE LA SARNA EN PERROS Y GATOS

La sarna se transmite fácilmente por contacto directo entre animales o bien por contacto con la cama u otros enseres del animal parasitado, ya que el ácaro puede sobrevivir fuera del animal algunos días; por ello siempre que conviven varias mascotas en la misma casa y uno de ellos está parasitado, se recomienda desparasitar también a todos los demás para eliminar la posibilidad de contagio y lavar todos los textiles con lo que haya tenido contacto. Igualmente se recomienda siempre seguir las pautas de desparasitación preventiva generales así como desparasitar a todos los animales de la casa en las mismas fechas. El contagio a las personas es posible, aunque poco probable.

SÍNTOMAS HABITUALES DE LA SARNA

Los animales con otoacariosis pueden no presentar ningún síntoma, sobre todo si tienen baja carga parasitaria; pero a medida que aumenta el número de ácaros en el oído, aumenta el picor así como los síntomas más habituales como son:

  • El animal sacude la cabeza, se rasca y se frota las orejas contra distintas superficies y objetos. El picor a veces es tan intenso que incluso llegan a autolesionarse y hacerse heridas involuntariamente por arañazos en la base de la oreja o hematomas en el pabellón auricular (u otohematomas).
  • Inflamación y enrojecimiento de una o ambas orejas y del conducto auditivo.
  • Normalmente este ácaro se caracteriza por producir una secreción ceruminosa/grumosa típica de color marrón, bajo el que a menudo se esconden y que dificulta su detección.
  • Aparición de otitis secundarias.
  • Raramente producen dermatitis ni otros síntomas en otras partes del cuerpo, sólo en las orejas.

COMO SE DIAGNOSTICA

El diagnóstico no suele ser complicado por lo general ya que los síntomas clínicos que muestra el animal nos hacen pensar directamente en la posibilidad de que tenga ácaros en los oídos, pero siempre tenemos que comprobarlo.

Y esto podemos hacerlo bien mirando en el interior del oído con el otoscopio o bien tomando una muestra del cerumen del oído afectado y mirándola a través del microscopio. En la primera opción, debido a su reducido tamaño y a la gran cantidad de cerumen acumulada en el oído, en algunas ocasiones es difícil de visualizarlos, ya que se esconden bajo la cera o en la parte más profunda del conducto auditivo.

Otras veces hay tantos ácaros que se ven fácilmente y se los enseñamos a los propietarios a través de la cánula del otoscopio para que puedan entender mejor el problema de su animal.

Cuando no se consiguen ver a simple vista, podemos confundir la otitis producida por ácaros de la producida por bacterias u hongos, por lo que en estos casos se toma una muestra con un hisopo de algodón para extender la citología y verla al microscopio. Este procedimiento no produce dolor en el animal a pesar de la irritación del oído, sino que más bien alivia el picor intenso.

El tratamiento es sencillo y consiste en utilizar tratamientos óticos acaricidas o bien mediante antiparasitarios externos así como una correcta higiene de los oídos. A menudo hay tanta carga de ácaros en el oído que es necesario repetir la dosis de antiparasitario hasta eliminarlos por completo. Si hay signos de infección bacteriana secundaria puede ser necesario un tratamiento simultáneo con antibióticos.

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