Concertar cita

Oncología veterinaria: Las emociones y cómo orientarlas

Jun 6, 2016 | 0 Comentarios

¡Hola tod@s!, El post de hoy es un poco distinto a lo habitual. Hoy queremos haceros llegar un post acerca de cómo encajar emocionalmente un diagnóstico de cáncer en nuestros animales de compañía.

Cáncer: Una palabra que todos tenemos y odiamos a la vez. Las estadísticas dicen que uno de cada dos animales de compañía (perros o gatos), mayores de 10 años, sufrirán algún tipo de proceso canceroso durante su vejez. Y de éstos, la mitad, es decir, 1 de cada 4 tendrá un cáncer maligno que amenazará seriamente su vida. Por este dato tan duro y tan crudo es por el que os instamos a revisar con chequeos geriátricos a vuestras mascotas como parte de una campaña de detección, prevención y concienciación del cáncer en nuestras mascotas. Hasta ahora siempre hemos escrito acerca de uno u otro tipo de cáncer, estadísticas, tratamientos, tipos de cirugía, o incluso de quimioterapia o radioterapia. Pero como veterinarios, hoy nos toca hablar de cómo encajar en la familia una noticia así. ¿Cómo se lo digo a mis hijos? ¿Pueden actuar con el perro o el gato de forma completamente normal? ¿Y yo, le haré daño si le toco de una u otra forma? ¿Cómo se si mi mascota sufre? ¿Le duele?, y otras tantas  y tantas preguntas razonables que los dueños a los que tenemos que hablarles de esta enfermedad nos  preguntan. Por eso hoy trataremos de darle respuesta a una gran parte de ellas.

Lo primero de todo, vosotros no tenéis la culpa de que vuestra mascota esté enferma. Ni vuestra mascota tampoco. No debéis culpabilizaros ni reprimir ningún sentimiento o estado de ánimo, el miedo, la ira o la tristeza son completamente normales. Y tan importante como no censurar como os sentís es que en todo este proceso vuestra mascota es lo más importante, y debéis de tratar de elegir qué hacer en función de lo que vuestra mascota necesite, y pensando siempre en su calidad de vida, no en vosotros. Si no en ella. Aquí vuestra mascota es lo primero, y si se puede curar y puede superar la enfermedad, hay que tratar por todos los medios de curarla, pero si el tratamiento no va a mejorar la salud de nuestra mascota, tampoco debemos tratar de buscar milagros de ningún tipo.

Una de las primeras cosas que nos preguntan los dueños es si se puede curar el cáncer. La respuesta como para otras muchas en medicina y en medicina veterinaria no es una excepción es depende. Lo primero es estudiar la enfermedad. Es decir, clasificar y parametrizar en qué fase de la enfermedad estamos. Si es curable, hay que ir a por todas y tratar de curar a nuestra mascota. Si no es posible, hay que tratar de cronificar la enfermedad maximizando la calidad de vida.

La buena noticia es que hay cánceres que se curan. La oncología veterinaria está cada vez más avanzada en todos los aspectos. El oncólogo veterinario más famoso de EE.UU dice una frase cargada de verdad “Cánceres he curado muchos, fallos renales ninguno”, y es que, aunque la palabra Cáncer nos de miedo, hay que saber que hay enfermedades que son irreversibles o crónicas, y que sin embargo el cáncer si tiene una detección temprana, en muchos casos, se puede curar del todo.

oncologiaPero, ¿Cómo maximizo la calidad de vida de mi mascota si tiene cáncer? Lo primero es valorar si la enfermedad le produce algún tipo de alteración funcional o incapacidad. Como la incapacidad para correr, por cojera de un cáncer en la pata o si se fatiga porque tiene un cáncer pulmonar. En este caso, lo importante es paliar los síntomas. Lo más importante es hacer una lista de aquello que antes podía hacer y ahora no. Para ver si realmente es achacable al cáncer que ahora no pueda hacerlo. Por ejemplo, un animal de 12 años que ya no pasee como antes, y que tenga un cáncer en una oreja, posiblemente no camine mucho porque tendrá artrosis (enfermedad articular degenerativa) asociada a la edad. No por nada más. Esto es importante: NO todo es por el cáncer. Es decir, una vez con el diagnóstico en la mano, no debemos caer en la trampa fácil de explicar todo por la enfermedad oncológica.

Generalmente el cáncer no duele salvo que apriete o presione estructuras que a su vez provoquen dolor, como por ejemplo un cáncer dentro de un hueso, que presiona desde el interior del hueso y provoca dolor. Si no es éste el caso, no tiene porqué doler.

También es importante hacer una lista de las cosas que al animal le gusta hacer, nuestras mascotas son ellas mismas porque pueden no sólo realizar sus funciones vitales, si no pueden disfrutar de su comportamiento y su día a día. Por ejemplo, si tengo un animal que el encanta jugar y salir al campo y desde la enfermedad no sale nada, pues estas cosas hay que tenerlas apuntas para saber cómo veterinario si mi paciente tiene o no tiene calidad de vida y si su calidad de vida está bajando o se está manteniendo.

En principio salvo que tenga una herida abierta o zonas muy calientes, que evidentemente puedan ser dolorosas, no hay que manipularlo de una forma especial.

Tengo que estar atento a si baja de peso, porque el cáncer es una enfermedad catabólica, produce un adelgazamiento progresivo y desgaste del paciente.

Precisamente por eso, es súper importante que mi paciente esté bien alimentado, suplementado, y nutrido para poder hacer frente a la enfermedad.

El cáncer no se trasmite a los niños por tocar el animal ni estar cerca de él, ni hay que tener más precaución por norma general, de la que se tiene por una infección normal y corriente. Tampoco suele transmitirse entre perros, con alguna rara excepción (tumor venéreo transmisible)

Los paseos del animal, siempre que no se fatigue o se ahogue o tenga algún problema al caminar, deben ser completamente normales.

A la hora de hablar con la familia y sobre todo con los más pequeños y con los ancianos, lo que hay que explicarles es que el animal se hace mayor y que la salud ya no es la da antes, pero que se está tratando para curarse, y si le han operado, para explicárselo a los niños pequeños lo más fácil es usar expresiones simples para los niños como las que usaríais con ellos, como “tiene una pupa” o si son adolescentes, donde ya tienen una buena comprensión de la situación lo importante es explicarles que es parte de la vida y que tienen que disfrutar mucho del animal y ayudarle en la medida de lo posible con la enfermedad. Las caricias, la paciencia a la hora de darle de comer, el atenderlo con mimo, o implicarlos en la administración de la medicación puede hacerles partícipes del tratamiento del animal y, aunque sea difícil, contribuir a distribuir la carga emocional de una situación así. Si tenemos que hablar con un anciano de un tema como este, lo normal es que sean bastante reticentes por experiencias personales propias, lo más sencillo es hacerles una comparativa con su situación médica diaria. Un ejemplo práctico sería decirle, pues mira papá, el perro todo el día de médicos, ya sabes, que la edad es así. Y no ocultarles que está en tratamiento si os lo preguntan directamente, pero suavizarles las cosas. En el caso vuestro, como adultos, os tocará lidiar con la parte más difícil, porque os tocará haceros cargo de la enfermedad sin desanimaros. Si convivís en familia con el animal y otro adulto, como vuestra pareja por ejemplo, o un hermano, o un compañero de piso, lo que os aconsejo es que lo habléis abiertamente. Que expreséis que os preocupa, seguramente la otra persona también está pasando por algo parecido. A la hora de venir al veterinario, veniros con un listado de preguntas, resolver vuestras inquietudes. Es nuestro deber ético profesional responder a las dudas de los dueños, no hay nada más desagradable que no saber a qué te enfrentas con la salud de un familiar o la tuya propia, tenéis que resolver dudas para poder tomar decisiones.

cockerTratad de ser positivos y de llevar un protocolo claro del tratamiento y la medicación y marcaros también vuestras propias líneas rojas, es decir, por dónde no vais a pasar a lo largo del tratamiento. Esto es algo MUY personal y el punto de cada uno es respetable y no juzgable. Es decir, algunos propietarios no quieren ni oír hablar de la quimioterapia, para otros el coste económico será limitante, para otros el coste emocional será enorme, ninguno querrá ver sufrir a su animal. Pero algunos estarán dispuestos a correr el riesgo de un tratamiento más intensivo aunque el animal lo pase mal temporalmente para tratar de hacer todo lo posible por el animal. Para otros el dilema estará en que si el animal es mayor, como suele ocurrir, no saben si hacerle pasar por el tratamiento o no porque no saben el tiempo que le quedará de vida a pesar de curar el cáncer. Otros sólo querrán hacer algo si hay unas garantías razonables de curación, y así un larguísimo etc. Sea como sea, lo que os recomiendo es que lleguéis a un acuerdo en familia de por dónde vais a pasar y por donde no, tanto vosotros como vuestra mascota. Y esto, debéis comunicarlo a vuestro veterinario de confianza, pensad que para nosotros, si nos delimitan el marco de acción, es mucho más fácil daros la mejor opción de tratamiento para vuestro animal pero también el tratamiento con el que os sintáis más a gusto. Pensad que los tratamientos oncológicos suelen ser largos, se suelen extender en el tiempo, y es fundamental tener confianza en el equipo clínico que os trata el animal, porque intentaremos hacer lo mejor posible para el animal dentro de lo que nos digáis.

También tened en cuenta que muchos tratamientos pueden no estar indicados en vuestro animal porque suelen ser pacientes mayores, que muchas veces tienen otras patologías que impiden la administración de uno u otro medicamento, o imposibilitan un tratamiento quirúrgico.

Por último, por favor, también pensad en el carácter del animal,  sobretodo en el caso de los gatos, principalmente porque muchos medicamentos son inyectados o por vena o por pastillas y puede que vuestro gato no tolere el manejo necesario para su administración o no pueda sobrellevar bien un postoperatorio por no quedarse en suficiente reposo. Y no podemos convertir el postoperatorio o la administración de medicación diaria en un problema mayor de manejo, estrés y convivencia para nuestro gato, peor que la enfermedad que estamos tratando.

Espero que este post os haya aclarado algunas dudas, y si en CV MEDICAN podemos ayudaros en algo más o estáis preocupados porque acaban de diagnosticar una enfermedad oncológica en vuestro perro o vuestro gato y no sabéis qué hacer. Escribidnos a través del formulario de contacto o del e-mail o través de nuestro servicio de segunda opinión. Y os responderemos lo antes posible. Un saludo y seguimos escribiendo.

CVMedican

Veterinarios que dejan huella

Entradas relacionadas

Dejar un comentario

0 Comentarios

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Manténgase al día

Algo

Sed ut perspiciatis unde omnis iste natus error sit voluptatem accusantium doloremque

Suscríbete a nuestro blog

No te pierdas ninguna entrada.


Loading

Síguenos en nuestras redes

Sed ut perspiciatis unde.

¡Llamar ahora!