El otoño se acerca y se nota que la ciudad se vuelve a llenar de gente paseando a sus mascotas. Se acabaron las vacaciones y toca volver a la rutina. Seguro que han sido un verano increíble, lleno de nuevas y maravillosas experiencias, sobre todo si es la primera vez que lo vivimos con nuestra mascota y si hemos tenido la suerte de disfrutar en la playa, con su primer baño y la inagotable persecución de las olas.
Pero la playa a menudo entraña riesgos para nuestros perros de los cuales a menudo vemos las consecuencias al volver pasados unos días. Por lo general suelen ser problemas leves, pero que no podemos dejar de atender, debido a que sois muchos a los que se os presentan.
A continuación vamos a detallar algunas de las más importantes que a menudo vemos en nuestro centro veterinario, de mayor a menor frecuencia:
- – Dermatitis húmeda aguda.
- – Otitis externa.
- – Gastroenteritis.
- – Problemas respiratorios.
- – Dirofilariosis o gusano del corazón.
La dermatitis húmeda aguda es una inflamación y/o infección de la piel que generalmente afecta a los perros con pelo más largo como los Golden Retriever. Aparece principalmente como consecuencia del clima típico de las zonas costeras, con temperaturas suaves y humedad elevada, aunque también la presencia de insectos o alergias puede favorecer su aparición. Estas condiciones son ideales para favorecer la proliferación bacteriana sobre todo cuando el animal se somete a situaciones de estrés como puede ser un viaje largo o un cambio de ambiente, como suele suceder tras el viaje de vuelta a casa.
La zona en la que más frecuentemente aparece en la región ventral del cuello, donde los pliegues de la piel impiden que la zona ventile adecuadamente. Lo que se observa generalmente es que la piel pierde el pelo y adquiere un color rojizo y está muy húmeda e irritada. Generalmente no produce un picor intenso ni el animal muestra síntomas que hacen que el propietario se percate del problema hasta que está muy extendida y se ve con facilidad, que suele ser varios días después.
El tratamiento es sencillo y consiste en administrar antisépticos, antibióticos y antiinflamatorios tanto localmente como mediante comprimidos, aunque sí que es cierto que la recuperación puede ser lenta y larga, ya que la piel tarda tiempo en recuperar su aspecto general así como el pelo en crecer.
La otitis externa es la inflamación y/o infección del conducto auditivo externo. Dado que el oído es la continuación de la piel, este proceso ocurre de forma muy pareja y similar al anterior. Normalmente el oído tiene un mecanismo de autolimpieza para eliminar la cera y restos de bacterias o levaduras que puedan acumularse. Pero cuando las condiciones ambientales del oído en cuanto a humedad y temperatura favorecen la rápida proliferación de microorganismos, este mecanismo de autolimpieza no es suficiente y aparece entonces la otitis.
Normalmente la otitis es fácil de detectar ya que produce mal olor en los oídos, así como enrojecimiento de las orejas y a casi siempre dolor al tocar los oídos en profundidad. Es importante cuando se detectan estos síntomas acudir al veterinario para que pueda comprobar si se ha introducido dentro alguna espiga o cuerpo extraño que cause el problema así como evaluar el estado del tímpano y del conducto. En función de estas valoraciones el tratamiento antiinflamatorio, antibiótico y antifúngico puede sufrir variaciones, según cada caso, desde administrar unas gotas periódicamente en el oído hasta requerir sedación para extraer cuerpos extraños del conducto auditivo u hospitalización para administrar tratamiento rápidamente.
Los problemas digestivos en perros quizás son la primera causa de consulta en la clínica diaria, ya que muchos son dados a comerse muchas cosas indebidamente. Pero cuando se trata de la playa, la cantidad de cosas que pueden llegar a su boca y ocasionarles malestar digestivo son incontables: empezando desde el agua de mar, rica en sal, que puede irritar la pared digestiva y provocar náuseas o vómitos, hasta la arena de la playa que se pega a todos los juguetes de nuestro perro/a y que acaba en el estómago al cogerlos con la boca, rozando la pared del aparato digestivo dando lugar a dolor y diarreas, pasando por toda la basura que puede encontrarse en la playa, bien procedente del mar o bien dejados por los veraneantes y que está al alcance de cualquier canino.
En ocasiones estos problemas se resuelven por sí solos; pero en otros casos, si lo sumamos al cansancio del viaje de vuelta, al estrés del cambio de ambiente o dependiendo de la raza o la edad del animal, comienzan a estar más decaídos, tener vómitos, diarreas y/o fiebre, y están muy débiles y deshidratados. En la clínica normalmente les hacemos una prueba de diagnóstico por imagen y según el caso una analítica completa o algún test para descartar que hayan cogido algún parásito o infección general y se les pone tratamiento sintomático inyectable a base de antieméticos, protectores gastrointestinales, algún antibiótico digestivo según el caso y dieta especial. Cuando están muy débiles a veces es necesario incluso hospitalizarlos para ponerles suero e hidratarles para mejorar su estado general. Generalmente a los pocos días se resuelve y mejoran, aunque en ese caso debe finalizarse el tratamiento hasta completar todos los días pautados.
En ocasiones, los perros tras venir de la playa también pueden manifestar síntomas respiratorios como conjuntivitis, estornudos, toses, mocos o legañas. Muchas veces son leves y aparece como consecuencia de haberse introducido arena de la playa en los ojos o en las narinas, pero otras veces son consecuencia de bajada de defensas por todos los cambios que hemos comentado. Muchas veces pasan de estar en un clima agradable a un clima más seco para las vías respiratorias y en este tiempo más fresco, de forma que junto con el estrés del viaje es normal que las defensas bajen y los virus y bacterias ambientales aprovechen el momento para ocasionar cualquier resfriado.
El resfriado más común y conocido es la tos de las perreras, que produce una tos muy ronca e intensa. Los animales con estos síntomas respiratorios a menudo requieren hacerles una radiografía de tórax para comprobar que no haya avanzado hacia una neumonía, y según cada caso, sobre todo si llegan a tener fiebre o estar débiles, también una analítica de sangre, para comprobar si hay infección generalizada. Tras comprobar todo esto, se les pone tratamiento antiinflamatorio y antibiótico, o colirios para los ojos y jarabes para la tos según necesiten. Normalmente evolucionan favorablemente tras el tratamiento y los síntomas desaparecen en pocos días, aunque al ser por lo general procesos infecciosos, les recomendamos no salir a jugar con otros perros durante unos días, para no contagiarles.
Y por último, aunque no por ello menos importante, tenemos la dirofilariosis o gusano del corazón, que es un parásito transmitido por un mosquito que circula por el torrente sanguíneo. Este mosquito suele encontrarse en zonas de alta humedad y buenas temperaturas como son las zonas costeras de la península o las islas. Al principio este parásito es microscópico y puede dar reacciones de alergia o fiebre. Pero con el tiempo esta larva va creciendo hasta convertirse en un gusano grande capaz de obstruir el riego sanguíneo en los grandes vasos sanguíneos cuando se juntas varios de ellos, y de ahí su gravedad.
Por ello es muy importante tomar la precauciones pertinentes y desparasitar a nuestros animales con mayor razón cuando van a viajar en verano a la playa. Para ello hay que utilizar milbemicina en comprimidos orales mensualmente durante el tiempo de estancia allí, siendo la última dosis la administrada de nuevo a la vuelta en casa. Tampoco debemos olvidar utilizar antiparasitarios externos, para prevenir la picadura del mosquito así como evitar que nuestro perro o perra duerma fuera de casa por las noches.
Por lo demás, nos encanta que nos enseñéis videos de lo bien que se lo pasan nuestros peludos en la playa y ver cómo disfrutan, pero recordad que siempre todas las precauciones son pocas con ellos y que a la vuelta una revisión general en el veterinario no está de más.
Esperamos que hayáis tenido felices vacaciones y buena vuelta a Madrid (o a donde hayas vuelto y nos leas ;))
0 comentarios